¿Un monstruo que ataca un pequeño pueblo? Sí, señores, de eso trata básicamente Stranger Things, la serie original de Netflix creada por los Hermanos Duffer y no, no dejen que esta especie de pregunta-sinopsis lo desanimen. Se dice que es casi imposible crear algo novedoso, que ya todo has sido pensado, realizado, escrito, filmado y, pues, si eso es cierto entonces tomemos las referencias, leamos, estudiemos los detalles, usemos todo nuestro talento y creemos una serie como esta. Si han soportado todo el hype de internet o sus amigos, tíos, primos, hermanos y hasta su abuela les han recomendado la serie, amigo, créame, hágale caso y si no tiene Netflix valdrá la pena conseguirlo.

Trataré de ser lo más breve posible. Más que una crítica o reseña esta será una recomendación a rasgos generales. No quiero spoilear ni ahondar en datos, escenas o incluso capítulos, ya que considero importante que ustedes mismos lo descubran. Es más, ni siquiera les diré el nombre de los personajes. 

Hay dos cosas que creo siempre funcionan en una película, serie, videoclip o cualquier creación audiovisual (puede incluirse otras artes, pero este medio es para obras netamente audiovisuales): la nostalgia y el tema amoroso. El primero siempre apuntará a un público más de la época a la que se remite la historia, en este caso gente que vivió los 80's y 90's, época de oro para muchos. Sobre lo segundo siempre será un reto tocar este tema y más que eso es qué elegir, cómo tratar y cómo mostrar el amor, el cual no son solamente besos en el pasillo de la escuela, parejas metiéndose por la ventana del cuarto o frases cursis en el auto del galán; también está el amor hacia los hijos, el amor hacia los amigos, el amor incondicional hacia alguien que ya no está con nosotros. Entonces, ¿es esto suficiente para ver la serie y elogiarla tanto como se ha hecho? En parte sí pero hay otros elementos que aportan a que la serie se fortalezca y creo que una de ellas es el bueno uso de las referencias cinematográficas que tienen los Hermanos Duffer.

Steven Spielberg, Wes Craven, Stephen King, John Carpenter son algunos autores que se dejan reconocer y si hablamos directamente de películas podríamos mencionar principalmente a ET, Carrie, The Gonnies, It, Alien o incluso Silent Hill. Hay muchas más referencias, homenajes o tributos (como se le quiera llamar) que podríamos incluso encontrarlos en detalles. Por ejemplo: en algunas habitaciones vemos pósters de The Thing o Evil Dead, dos cintas de terror de culto. Es bastante fácil ver películas tras películas e intentar plasmarlas, pero estos dos directores sin duda lograron crear todo un mundo donde encontramos desde humor infantil hasta las más oscuras escenas de terror sin ningún intento forzado por hacerlas encajar. 

Hay algo que me gustan particularmente de las películas de terror (y que casi siempre menciono) y es el uso del monstruo. Permítanme contarles solo un poco de este ser espantoso. No puedo decir que físicamente me encantó (estuvo bueno sí), pero sí me fascinó el cómo de su presencia, apareciendo poco a poco hasta el punto de que, ya casi para terminar la serie, no es miedo lo que se busca en el espectador, no prentendan que los siga asustando, no renieguen si es que ya no les genera el mismo horror. Lo que se busca y se logra es que el público quiera lo mismo que los personajes, acabar con él, verlo muerto, meternos en ese mundo y ayudar a destruirlo, estar de una vez por todas en paz.  

Sobre el sountrack no puedo decir mucho, no crecí con esas canciones, no las bailé (o disfruté) de joven pero las oí mucho tiempo después. Pero tal vez es solo cuestión de lógica que no es necesario vivir esa época para saber que usar música de The Clash, Toto, Foreigner, Joy Division, New Order (por citar algunos) calzaría perfecto y que sería algo totalmente necesario (remitiéndonos al tema de la nostalgia) para ambientar la época y las sensaciones que estas canciones generaban y siguen generando. Incluso el sountrack creado especialmente para la serie hace uso de sintentizadores, algo muy común en las canciones de esas épocas. 

Sobre el guion y los personajes solo basta decir que no hay diálogos estúpidamente forzados, no hay chistes banales, no hay escenas de amor innecesarias, tal vez sí un tanto exagerada la actuación de Wynona Ryder (pero bueno, su hijo está perdido, es difícil saber como reaccionaría una madre, qué tan "loca" podría volverse). Sabemos lo necesario de cada personaje, desde los principales, los secundarios y los de relleno. La dirección (repartida entre varios directores) no pierde el ritmo, nos deja sin aliento y nos lo devuelve y se vuelve estupenda al usar tan, pero tan bien los flashbacks. Muero por poner un ejemplo pero dejaré que ustedes mismos se den cuenta de que no es necesario contarnos todo sobre un personaje en el primero o segundo capítulo (estoy seguro que un director sin talento lo hubiera hecho con la serie). Podemos darle un aire misterioso a nuestros personajes sin quitarle su esencia, sin volverlo ridículo, de hecho lo vuelven más humano porque todos tenemos eso, un pasado, un secreto, un silencio que guardar, el cual nos dio o nos quitó algo de nosotros, de nuestro interior y que muchas veces, las circunstancias de la vida nos hace recordarlas.

Sobre detalles técnicos está de más decir que la dirección de fotografía es estupendamente exquisita, teniendo como base las películas y directores mencionados; la dirección de arte, el maquillaje y efectos especiales nos remiten sensaciones aisladas muy bien logradas y que al agruparlas con la historia, nuestros tan queridos personajes y la música convierten a esta serie en una explosión nostálgica y emotiva que vale la pena ver, recomendar, escribir, comentar y, por qué no, considerarla en unos años en una de las mejores series de la historia.