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Love: Gaspar Noé y La banalización del sexo

Una reseña sobre la últma cinta del director argentino.

Publicado: 2016-08-12

"Si te enamoras, tú eres el perdedor", es una de las tantas frases que deja 'Love', última cinta del director Gaspar Noe que fue estrenada en el Festival de Cannes 2015. Como el mismo título lo dice, 'Love' es una película sobre el amor y como dice la frase, nos muestra todas esas resacas que deja cuando uno se entrega completamente e incluso todo aquello que vamos perdiendo cuando decidimos enamorarnos: el tiempo, nuestra felicidad, nuestro orgullo, nuestro presente.

La historia nos muestra a Murphy, un joven americano que conoce a Electra, una chica francesa con la que tendrán una relación amorosa, la cual se verá afectada y destruida cuando Murphy embarace a su vecina, con quien formará una familia.

La historia la desencadena una llamada, que es de su ex suegra, la madre de Electra. Le pregunta si sabe algo de su hija, de la cual no sabe nada hace mucho tiempo. Es así como iremos conociendo la historia de estos personajes mediante flashbacks (o incluso un flashback dentro del flashback).

Está contada de forma no lineal, con muchos saltos en el tiempo donde poco a poco vamos descubriendo por qué Murphy, para su edad (la cual asumimos unos 28 o 30 años), es un personaje acabado, triste y nostálgico, que si bien tiene un hijo y una esposa (o conviviente), no es feliz por el constante recuerdo de su ex amada. Sin embargo, la historia no deja de ser una relación amorosa muy simple, sin usar diálogos ni planos tan rebuscados, que si bien lo hace más real y creíble, no deja de ser intrascendentes. A medida que pasa la película vamos siendo parte de esta mutación, tanto en la pareja como en su vida misma. Problemas con las drogas, infidelidad y celos van destruyendo sus almas y esa pasión que alguna vez se mostraron.

Gaspar Noé experimenta en esta cinta un melodrama pornográfico, el cual no debe confundirse con una película porno con toques dramáticos. Las escenas explícitas no son escenas sórdidas ni estúpidamente explícita, como podrían pensar muchos, nos encontramos ante un ritual amoroso. Noé no exagera en planos para mostrarnos el acto sexual, se limita con un plano cenital en casi cada una de esas escenas. ¿Y dónde entra la banalización? Mientras va transcurriendo la historia, la relación se va desgastando, haciendo que el sexo se vea como un simple capricho, un simple trámite, las propias experiencias que van buscando los va a alejando de ellos mismos, ya no los une el amor, si no el deseo; ya no están porque se amen, si no por que solo extrañan sus cuerpos. Por tanto las escenas sexuales se empiezan a volver banales y sin sentido pero no para la película, si no para los personajes mismos.

En las más de 2 horas de película estamos frente ante una historia potente, con atmósferas muy bien construidas por la dirección de fotografía y la música que muy bien sabe usar Gaspar Noé. El problema son los actores, quienes no parecen vivir sus personajes, dejando así un sinsabor y cierta tristeza para los espectadores. Una película recomendable, sí, pero que tal vez pudo ser mucho más de lo que en su momento se prometió. 


Escrito por

Jorge Teves

Comunicador Audiovisual. Escribo por necesidad, mato personajes por placer.


Publicado en

Fauno

A ver qué pasa.